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Son opositores, no criminales

  • Sergio Villarreal
  • Oct 22, 2017
  • 5 min read

“Soy opositor no criminal” esto era lo que decía el letrero que la bancada del Centro Democrático usó cuando el escándalo del hacker estaba candente el día 24 de agosto del 2014. La parte más cínica de esta acción es que es el partido del ex-presidente Álvaro Uribe Vélez, quien acusó a las FARC de ejecutar a la UP, la persona quien aceptó haber difamado al periodista Daniel Samper Ospina; que, además, llamó al periodista Hollman Morris terrorista por causa de su afiliación política, persiguió a Piedad Córdoba sin fundamentos comprobados por la Corte Suprema, y acusó a las madres de Soacha de tener hijos guerrilleros antes de tener que retractarse y pedir disculpas: Uribe solo es el síntoma de una enfermedad que ha tenido la democracia colombiana en el límite de la crisis de 1980, que empezó con la persecución política anticonstitucional e ilegal en contra de la Unión Patriótica.

En Colombia, figuras como Alejandro Ordóñez son famosas por sus acciones de perseguir a personajes de izquierda y revelar su afiliación política. En 2009 con 7 años en su curul, el senador Jorge Enrique Robledo Castilla fue acusado por "FARCPolítica" sin ningún resultado. Al igual sucedió cpn la ex senadora Piedad Córdoba, junto con quien hizo política en el cargo y el Presidente Turbay Ayala, quien implementó su Estatuto de Seguridad que puso en riesgo la democracia. Además de esto, el Genocidio de la Unión Patriótica fue una matanza general hacia el partido que consistió en las misiones "Baile Rojo", y "Golpe de Gracia": ambos operativos apoyados por las fuerzas armadas, y que duraron desde la década de los 80’s hasta los 90’s.

Tuve el privilegio de hablar con la presidenta del partido desde su re-inserción en la vida pública en el año 2013, Aída Avella ha ejercido el cargo de presidenta del partido y ha sido desde entonces candidata a Vice-Presidencia con la Doctora Clara López, y al concejo de Bogotá en donde les robaron 40,000 votos que les quitaron todos los curules en el consejo. Aída Avella es una licenciada en Pedagogía y reafirmó que fue un genocidio con apoyo de las fuerzas armadas cual se puede contrastar con la carta del Teniente Coronel Luis Arcenio Bohórquez publicada en 1989. Ella dice en la entrevista, “el ministro declaró y el sicario disparó”, sobre la muerte de Manuel Cepeda Vargas cuando el Ministro de Gobierno, Carlos Lemos señaló al senador como un riesgo y vocero insurgente. Además de esto a Aída misma le hicieron atentados contra su vida, uno en 1990 y otro cuando volvió del exilio político.

En el caso de Manuel Cepeda, el senador y la entonces concejal de Bogotá, Aída Avella, eran los presidentes del partido Unión Patriótica. Para los dos, les entregaron una camioneta y es por esto que en el día de su muerte, el 9 de Agosto de 1994 a las 2:00 pm, estaba en un Renault 9 sin blindaje ni protección. En la entrevista le pregunté a la ex-concejal si ella veía similitudes entre las recientes matanzas de líderes sociales y las etapas tempranas de la UP. Al igual que dijo la Representante a la Cámara para Bogotá, Angela Robledo en el Café de Paz y Ambiente organizado por el ex-presidente Ernesto Samper, hay una gran diferencia entre 1980 y ahora: hoy tenemos celulares, la posibilidad de denunciar, la posibilidad de poner presión en las autoridades para que los viejos y oscuros tiempos del "ministro declaró y el sicario disparó” nunca vuelvan.

Entre los asesinados está el Presidente de Sin Traigo, una organización sindical, Alberto Román Acosta quien fue víctima de un disparo mientras observaba el partido de fútbol de su hijo en la cancha de futbol La Saga.

En el último año los líderes sociales del Campamento por la Paz han sido unos de los más de 140 líderes y lideresas que han sido amenazados. Esta vez por un grupo que se hace llamar la FEA (Fuerzas Especializadas Anti-comunistas) junto con ellos Colombia ha tomado el puesto de 7° país más violento justo por debajo de Guatemala y el segundo país con menos libertad de expresión en latinoAmérica siguiendo a México.

La masacre de la UP sigue el patrón de la ruralidad que una década después fueron el escenario del paramilitarismo. Según la revista Semana, Antioquia fue el lugar en donde murieron más de 300 miembros del partido, después, en los años 2000 las Autodefensas denominadas ACCU se situaban allí (según el libro “Guerras Recicladas por Maria Teresa Rendon) y después fue el lugar base de las organizaciones NeoParamilitares tales como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia. Estos patrones de una clara cultura ultra-conservadora y violenta que no se

El abandono del estado hacía muchas de estas zonas también hace parte de los nuevos homicidios, en su lugar, organizaciones como la Fundación FOR, Fellowship of Reconciliation, quienes protegen líderes comunales y defensores de Derechos Humanos se han tomado la responsabilidad de proteger a los activista de estas zonas y asegurarles protección y seguridad. Tuve el honor de entrevistar al director de la sede de FOR en Colombia, Peter Cousins. En la entrevista él pudo hablar sobre la Comunidad de Paz de San José de Apartadó y de los diferentes mecanismos de defensa. Peter me aseguró que la mejor forma de empezar a defender a los Defensores de Derechos Humanos, es visualizando desde las grandes ciudades a los líderes sociales. El acompañamiento internacional también hace gran parte de su trabajo y me contó que soldados que habían trabajado con FOR, no querían perder el acompañamiento internacional que se les estaba dando. Esto demuestra que una forma viable de proteger a líderes sociales en el corto plazo, es con el acompañamiento internacional que proveen estas compañías. Muchos grupos activistas tales como la Tercera Voz, ya empezaron a visualizar estos problemas para el largo en un evento y flashmob en el Parque de Usaquén.

En conclusión, mientras que personas están muriendo al segundo en Colombia, y miles de hectáreas del país están completamente abandonadas por el gobierno estatal. Estamos siendo cruelmente perseguidos por los infame y macabros recuerdos del "Baile Rojo" y la Masacre de la UP, el país se siente temeroso sobre lo que pueda pasar con el alto nivel de polarización y con un historial de represión por parte de figuras políticas como la Procuraduría y de altos rankings en las cifras mundiales de asesinatos a periodistas el futuro se ve mal, pero la habilidad de denunciar usando teléfonos celulares es nuestro labor como ciudadanos poner precio para que los líderes de opinión puedan ayudar a terminar esta matanza.

Referencias:

1 el Triunfo del No, por Andrei Gómez Suárez

2 Guerras Recicladas, por María Teresa Rendón

 
 
 

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