El problema de la “Falsa Paz” durante (1984-1991) entre las guerrillas y el estado.
- Guillermo Aldana Murillo
- Jun 7, 2018
- 6 min read
La violencia ha tenido un papel protagonista a lo largo de la historia colombiana, esta no ha encontrado un final debido a un sentimiento de inconformidad entre los dos lados de la moneda (Grupos insurgentes y grupos dirigentes). Este es el caso del grupo guerrillero M-19 quienes tras abatir y desestabilizar al orden público colombiano generaron un impacto de tal magnitud que el mismo gobierno optó por la creación de diálogos de paz con este grupo insurgente. Estos procesos pacifistas, aunque se pintaban como una solución hacia la exclusión política y social de estos grupos, terminaron siendo un atentado hacia la modernidad -Especialmente en el campo de la participación política- y una “Falsa paz”. Esta clase de atentados han sido obstáculos hacia el establecimiento de una paz estable en Colombia, creando una indisposición en los ambos lados previamente mencionados.
El grupo guerrillero M-19 nace a partir de un supuesto fraude electoral en las elecciones del 19 de abril de 1970 donde se dio como ganador a la presidencia a Misael Pastrana Borrero sobre el general Gustavo Rojas Pinilla. Esto llevo a que intelectuales pertenecientes a clase alta colombiana formaran un movimiento guerrillero enfocado hacia el ámbito urbano. Este movimiento realizó diferentes manifestaciones hacia el gobierno, teniendo como principal objetivo de ataque a los símbolos de la capital. Su mayor manifestación fue la toma del palacio de justicia el 6 y 7 de noviembre de 1985. Este ataque que duro un total de 28 horas contó con una gran cantidad de muertos y heridos, dentro de los cuales figuraban magistrados, servidores públicos y empleados de las instalaciones.
Un año antes de la toma del palacio, más específicamente en agosto de 1984 existió un proceso de paz entre el M-19 y el gobierno de Belisario Betancur, uno de los líderes del M-19 Carlos Pizarro Leongómez firmó un documento de tregua pero este fue herido por parte del ejército colombiano mientras esto se realizaba, según el periódico “El Espectador” “El acuerdo entre el gobierno Betancur y el M-19 se firmó en agosto de 1984, pero cuando Carlos Pizarro se desplazaba hacia la firma del documento, resultó herido en un enfrentamiento por el ejército”. Esto llevo a que los enfrentamientos entre el M-19 y el ejército persistieran a pesar de la tregua previamente firmada, pasaron varias semanas hasta que debido a estos acontecimientos el M-19 optó por la ruptura de relaciones con el gobierno. Tras este fallido proceso, un año después el M-19 realizaría su mayor manifestación en contra del estado colombiano, la toma del palacio de justicia.
El exmilitante del M-19 Gustavo Petro junto con la comunicadora social y periodista Maureén Maya en su libro Prohibido Olvidar: Dos miradas sobre la toma del palacio de justicia buscan mostrar situaciones que ocurrieron durante la toma del palacio junto con el efecto que estas tuvieron dentro de la misma toma, dentro del texto se nos explica como la ministra de comunicaciones ordenó la censura de los medios de comunicación durante el atentado, impidiendo que el deseo de un proceso de paz se cumpliese “La ministra de Comunicaciones, Noemí Sanín, que quedará en la historia como la enemiga de la libertad de prensa, ordenó la censura a los medios y todos la acataron, y esa censura fue finalmente la que facilitó al asesinato de magistrados y civiles (…) Censuraron la prensa para no permitir simpatías con el M-19, ni con su objetivo que era iniciar un nuevo proceso de paz, ni con los magistrados que sólo querían salvar sus vidas y el Poder Judicial.” (Petro, Maya, 2006, pp. 327). Esto nos lleva a entender que el objetivo principal del M-19 era iniciar un proceso de paz con el estado y que optaron por utilizar los medios violentos para conseguirlo. Del mismo modo se censuró a la prensa, frenando cualquier tipo de emisión de información del poder judicial, llevando a que se facilitase el asesinato de funcionarios y también funcionando como un freno hacia el proceso de paz deseado por el M-19.
Durante los días siguientes a la toma del palacio se realizaron varias sesiones extraordinarias donde se conversaba acerca de lo recién ocurrido. El 7 de noviembre el presidente Betancur acepta dialogar con los guerrilleros, el consejero de estado Reynaldo Arciniegas fue liberado por parte del M-19 y posteriormente se permite la entrada de la Cruz Roja, concluyendo con la retoma del palacio. Días después se hicieron múltiples sesiones extraordinarias y según el periódico “El Espectador” el día 12 de noviembre a las 7:00 am “Belisario Betancur expresa además que se debe buscar un consenso nacional y que el trabajo del gobierno debe lograr nuevos acuerdos sobre el proceso de paz e impulsar reformas”. El M-19 tendría la capacidad de entrar a aquel proceso de paz. En enero de 1989 se realizaría la primera reunión oficial entre el estado y el M-19.
Para este proceso de paz realizado durante la presidencia de Virgilio Barco, el M-19 puso como requisito que se convocase a la Asamblea Nacional Constituyente teniendo como principal deseo la construcción de un país completamente nuevo, en este proceso se buscaba la aceptación hacia las diversidades culturales dentro de las cuales se hallaban la plurietnicidad y la multiculturalidad junto con la inclusión del M-19 cómo un partido político. El 8 marzo de 1990 el grupo guerrillero se desmoviliza y entrega las armas al mando de Carlos Pizarro. De este modo el grupo guerrillero M-19 se transformó en un partido político de centroizquierda llamado “Alianza democrática M-19”.
Este grupo político contó con Carlos Pizarro Leongómez como líder y posterior candidato a la presidencia. En marzo de 1990 decidió presentar su candidatura como alcalde de Bogotá. Según datos tomados del libro Rojo difuso y azul pálido: los partidos tradicionales en Colombia: Entre el debilitamiento y la persistencia, escrito por la Universidad Nacional de Colombia (2002, pp.189). Carlos Pizarro contó con un total de 70.901 votos de 915.406 posibles, ocupando la tercera posición. Seguido de esto se presentó como candidato a la presidencia de la república con su lema “Ofrecemos algo elemental, simple y sencillo: Que la vida no sea asesinada en primavera”. Cuando Pizarro se encontraba viajando desde Bogotá hasta Barranquilla durante su campaña presidencial y siendo escoltado por el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) es asesinado por un disparo en la frente por un sicario que trabajaba en conjunto con este mismo servicio de seguridad del estado. Tras su asesinato Antonio Navarro Wolff se presenta como su reemplazo, quien no consigue ganar las votaciones por la presidencia, siendo derrotado por César Gaviria Trujillo.
Independientemente de esto, el partido “Alianza Democrática M-19” obtuvo un total de 19 curules en la Asamblea Nacional Constituyente convocada con el fin de redactar la constitución de 1991, siendo el partido con más puestos en la asamblea. Cabe destacar que estas curules fueron elegidas por elección popular, siendo una muestra fehaciente del apoyo con el que contaba este partido por parte del pueblo.
Este asesinato nos hace pensar sobre la manera en que son manejados los diferentes procesos de paz en el estado colombiano, en este caso, observamos como el mayor representante de un partido político nacido a partir de un grupo insurgente es asesinado por parte del mismo estado con el cual había acordado previamente una relación pacífica. Esto podría denominarse como una “Falsa Paz” ya que se le promete al grupo insurgente una participación política igual a la de los partidos tradicionales y cuando estos presentan su primer candidato al cargo de mandatario de la nación este es asesinado por parte de una entidad estatal. Se le cierra la posibilidad de tomar el cargo más alto del país, cosa que estos deberían poder realizar con total normalidad gracias a los procesos de paz previamente realizados.
Como conclusión, entre los años 1984 y 1991 en Colombia, se puede observar como ocurre un fenómeno de “Falsa paz” ya que el estado se encarga de realizar acciones encubiertas en contra de los grupos insurgentes, buscando que estos no lleguen a ocupar los cargos más altos de la nación y que del mismo modo no se cumpla en su totalidad aquellos acuerdos que habían sido estipulados por ambos bandos.
Bibliografía:
Maya, M., & Urrego, G. P. (2006). Prohibido olvidar: Dos miradas sobre la toma del palacio de justicia. Bogotá: Casa Ed. Pisando Calles, CEPC. (pp. 313-334)
Roll, D. (2002). Rojo difuso y azul pálido: Los partidos tradicionales en Colombia: Entre el debilitamiento y la persistencia. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales. (pp. 189)
R. I. (2012, October 19). El crimen de Carlos Pizarro Leongómez. El Espectador. Retrieved from https://www.elespectador.com/especiales/el-crimen-de-carlos-pizarro-leongomez-articulo-381843.
Durán, D., & Medellín, M. J. (2015, April 07). Paso a paso de la toma del Palacio de Justicia. El Espectador. Retrieved from https://www.elespectador.com/noticias/investigacion/paso-paso-de-toma-del-palacio-de-justicia-articulo-55348
Comentários