El proceso cognitivo generador de un conocimiento confiable: la creatividad
- J. Sebastián González M.
- Jan 23, 2018
- 7 min read
La creatividad es un concepto intrínseco del ser, una capacidad que nos hacen ser quienes somos; seres pensantes y humanos. A su vez, define la habilidad del hombre por pensar en grande, efectuando así que sea un concepto de gran complejidad dentro de las áreas de conocimiento que el hombre ha desarrollado. De allí que lo creativo es, implícitamente, un necesario dentro del dominio de conocimiento ya que al definirse como la capacidad de generar nuevas ideas y comprensiones sobre un incalculable número de tópicos, tal habilidad se torna un requisito de los procesos que se establecen para la producción de conocimiento. Por ello, sería preciso discutir el papel que toma la creatividad en la producción intelectual por medio de la cuestión central de conocimiento: ¿Hasta qué punto es la creatividad un factor determinante en la adquisición de un conocimiento más confiable? Para responder a la cuestión, se abordarán las percepciones que se tienen sobre la creatividad para así relacionar tales consideraciones con el proceso cognitivo de creatividad el cual asienta sus bases en la imaginación y la razón. Y así después, se retomaran las áreas de conocimiento referentes a las matemáticas y la historia para discutir la importancia que tienen la imaginación y la razón para adquirir un conocimiento más certero y confiable dentro de cada área. Todo lo anterior se hace con el principal objetivo de generar una crítica equilibrada sobre el papel de la creatividad en la producción de conocimiento.
En primera instancia, la creatividad es, según su etimología, la capacidad o habilidad de crear algo. Asimismo, se le puede agregar a tal creación, lo descrito por Guilera (2011) al mencionar que la creatividad es necesariamente un pensamiento de carácter original, único, novedoso, útil y virtuosamente valorado por la sociedad que hace también referencia a la producción de algo nuevo, que bien puede ampliar o modificar un conocimiento (p. 21).
Y se pueden continuar agregando más definiciones a la creatividad ya que en armonía con Martín-Loeches (2011), tal capacidad resulta tener una naturaleza esquiva que genera que cada individuo tenga su propio juicio, consideración y entendimiento sobre lo que define a la creatividad. Por ello, de las tantas definiciones que existen de este concepto, como lo mostraría Esquivias (2004), se encuentran las constantes tendencias por mencionar la novedad y la aportación (p. 7) ya que, en esencia, el ser creativo es un ser capaz de aportar algo novedoso para sí mismo y para los demás.
Sin embargo, se encuentra un aspecto en común que la mayoría de autores tienen al escribir sobre la creatividad el cual hace referencia a la complejidad que lo creativo trae consigo mismo; “puede ser el origen y la base de todas esas capacidades especiales que nos hacen seres humanos” (Martín-Loeches, 2011, p. 1). Además, la creatividad resulta aun más compleja ya que es una composición de formas de conocimientos (como la imaginación y la razón) que generan un proceso mediante el cual, un individuo llega a producir un conocimiento confiable.
Así entonces, y en segunda instancia, ¿cómo la creatividad, por medio de la imaginación y la razón, llega a representar la producción de conocimiento? Si bien, la creatividad para Guilerla (2011) es un pensamiento original y novedoso, es también una idea que sirva y sea de provecho para sí mismo y para la comunidad en la que vive. Igualmente, para Esquivias (2004) es una capacidad estrechamente ligada a los conceptos de novedad y aportación. Por ello, se entiende que ambas percepciones tienden a relacionar los aspectos intangibles (que no se pueden percibir) con los tangibles (que sí se pueden percibir) generando así un proceso de conocimiento que lleva a la práctica todas aquellas ideas y pensamientos que han sido imaginados y razonados por un humano.
En la definición de Guilerla, los pensamientos originales y novedosos serían los aspectos intangibles ya que no son pueden ser percibidos a diferencia de los tangibles los cuales serían en este caso, los resultados que estos pensamientos traigan en el momento de ser puestos en práctica. Lo mismo se evidencia en la definición de Esquivias al ser la novedoso lo intangible y la aportación, aquel concepto que al poner en práctica lo novedoso, trae consigo resultados tangibles.
Por ello, y en referencia a las formas de conocimiento, los aspectos intangibles de la creatividad son representados por la imaginación y los aspectos cuyos resultados son tangibles, son representados por la razón, efectuando así que la creatividad se defina como ‘el proceso cognitivo en el que se imagina algo novedoso que después, utilizando la racionalidad, es evaluado y considerado como aplicable o práctico para la realidad’. Y así, sería una representación clara de la producción de conocimiento ya que durante el proceso de la creatividad, se adquiere un conocimiento que por el hecho de ser evaluado y analizado, lo hace ser confiable y válido.
Ahora bien, y en tercera instancia, ¿cómo y con qué propósito se utiliza la producción cognitiva de creatividad dentro de las matemáticas y la historia para adquirir un conocimiento confiable?

Figura 1 (tomada de Wikimedia Commons): El acertijo de los puentes de Königsberg
[endif]--En las matemáticas, el conocimiento y pensamiento se desarrolla por medio de la realización de tareas de carácter innovador y la resolución de problemas (Ayllón, Gómez & Ballesta-Claver, 2016, p. 172). Según Mann (2006), la creatividad matemática es la construcción multi-facial de ideas que envuelven pensamientos divergentes y convergentes, formulación y resolución de problemas, junto a una actitud indagadora y con autoconfianza (p. 238). Así, se evidenciaría que por ejemplo, cuando los habitantes de la ciudad de Königsberg se preguntaron por la forma de atravesar los puentes de la ciudad pasando una sola vez por cada uno, la producción de conocimiento y creatividad se dispararía ya que con la formulación del problema, se buscaría retar a todos aquellos individuos para ponerse frente al problema y darle una solución (Suma, 2004, p. 73). Así, el proceso de cognición creativo sería utilizado en las matemáticas con el fin de producir, generar y progresar conocimientos, tal como diría Popper (1972): “el conocimiento [matemático] progresa a través de anticipaciones injustificadas, de presunciones, de soluciones tentativas para nuestros problemas, de conjeturas” (p. 13).
Ahora bien, en los estudios históricos, el conocimiento se desarrolla, según Ricouer (1969), por el pensamiento metódico elaborado, ordenado y comprendido que se genera sobre el análisis y evaluación de distintas perspectivas sobre un mismo hecho o evento histórico, efectuando así, que el conocimiento histórico sea de carácter, estrictamente; objetivo, parcial, neutral y verdadero (p. 7). Por ello, y en referencia al proceso cognitivo de creatividad, en la historia solo se utilizaría la razón para comparar y contrastar distintas perspectivas sobre un mismo hecho, ya que la imaginación, por ser de carácter novedosa con trascendencia original e innovadora (Lythgoe, 2014, p. 8), sería una forma de conocimiento que tiene que ser evadida ya que si se utiliza el proceso completo de cognición creativo, el estudio histórico tendría un juicio personal, generando un estudio con sesgo, subjetivo, imparcial y poco confiable.
Aunque, según Guilera (2011), la creatividad está influenciada por una amplia serie de experiencias evolutivas, sociales y educativas, y además, se manifiesta diferente en cada dominio del conocimiento (p. 31), generando así que el proceso de cognición creativo de un historiador sea un tipo distinto de creatividad debido a que se basaría, implícitamente, en las experiencias sensoriales que éste haya vivido. Esto se evidencia en el pensamiento que un historiador pueda llegar a tener tras imaginarse el contexto de vida y sociedad de la antigua civilización egipcia (años 3100 a.C hasta 332 a.C). Tal historiador pondría en ejercicio su mente al, primero, analizar previas perspectivas históricas que describan tales mecanismos y estructuras sociales para lograr tener unas ‘ideas base’. Al, segundo, imaginarse distintos escenarios que los egipcios de tal época vivían y finalmente, al, tercero,

Figura 2 (tomada de Wikimedia Commons): Los símbolos representativos del antiguo Egipto
[endif]--razonar sobre cuál sería el escenario más racional y lógico. No obstante, este tipo de creatividad no llegaría a ser un factor determinante en la adquisición de un conocimiento más confiable ya que en las tres etapas creativas del historiador habría un gran sesgo e imparcialidad que generaría que los aspectos troncales de la historia, que son la objetividad, parcialidad y neutralidad, fueran totalmente evadidos y se produzca entonces, un conocimiento personal que pueda atentar contra el conocimiento grupal y compartido que se tiene sobre el tema. En el ejemplo, desde que el historiador retoma tales perspectivas, por el hecho de que son fuentes secundarias, no hay una objetiva y parcial visión del caso en estudio. De igual forma, al historiador imaginarse la situación, éste mismo influenciado por sus propias experiencias evolutivas, sociables y educativas, tendría una percepción singular y única sobre los acontecimientos en estudio; generando así subjetividad y sesgo en la investigación del historiador.
Como conclusión, si fuesen las matemáticas, la creatividad tornaría como un factor determinante para la adquisición de un conocimiento válido y confiable debido a que la producción de conocimiento matemático se genera por medio de la formulación y resolución de problemas de los cuales, se formulan gracias a la imaginación y se resuelven gracias a la razón. Sin embargo, si fuese el estudio histórico, la creatividad no sería un determinante debido a que su finalidad está encaminada a la objetividad y parcialidad, lo que hace que un historiador tenga que evadir su subjetividad y capacidad creativa, ya que estas le darían le darían originalidad y sesgo a la evaluación histórica generada. Por ello, la creatividad sería un factor determinante en la adquisición de un conocimiento más confiable hasta el punto en el que esta capacidad humanidad tenga concordancia con los fines de cada área del conocimiento.
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Bibliografía
Ayllón, M. F., Gómez, I. A., & Ballesta-Claver, J. (2016). Pensamiento matemático y creatividad a través de la invención y resolución de problemas matemáticos . Universidad de San Ignacio de Loya. Granada: Propósitos y representaciones (Vol. 4, No. 1).
Esquivias Serrano, M. T. (2004). Creatividad: definiciones, antecedentes y aportaciones. Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Ciudad de México: Revista Digital Universitaria (Vol. 5, No. 1).
Guilera, L. (2011). Anatomía de la creatividad. Barcelona, España: DesignKnowledge&Future.
Lythgoe, E. (2014). El papel de la imaginación en La memoria, la historia, el olvido de Paul Ricœur. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Buenos Aires: Diánoia (Vol. LIX, No. 73).
Mann, E. L. (2006). Creativity: The Essence of Mathematics. Purdue University, Department of Curriculum and Instruction. Indiana: Journal for the Education of the Gifted (Vol. 30, No. 2).
Martín-Loeches, M. (14 de Octubre de 2011). Ser humano, ser creativo. El Cultural, pág. 1.
Revista Suma. (2004). Siete puentes, un camino: Königsberg. Suma , I (45), 69-78.
Ricoeur, P. (1969). Objetividad y subjetividad en la historia (Vol. 2). Buenos Aires, Argentina: Tarea.
Popper, K. R. (1972). Conjeturas y refutaciones: El desarrollo del conocimiento científico. (N. Miguez, Trad.) Barcelona, España: Ediciones Paidós.
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